lunes, 25 de febrero de 2019

Mariana Pineda

Mariana de Pineda Muñoz o Mariana Pineda fue una liberal española del siglo xix ejecutada durante la restauración de Fernando VII.
Tuvo una vida breve y una muerte injusta. Pero Mariana Pineda se convirtió en un mito y en un símbolo de la libertad. Silenciada durante los gobiernos absolutistas, ensalzada bajo gobiernos liberales y progresistas, la figura de Mariana Pineda se convirtió en una inagotable fuente de inspiración para poetas y dramaturgos, entre ellos, Federico García Lorca.
Mariana inició su vida adulta a los 15 años y con una suerte poco distinta. En 1819 contraía matrimonio con un hombre once años mayor que ella y con el que tuvo un hijo y una hija. A sus 18 años Mariana quedaba viuda y al cargo de dos pequeños. 

Adentrándonos en la acción, resulta que nuestra protgonista tenía presos a parientes y conocidos por causas políticas.
Las sospechas recayeron sobre ella cuando se supo que enviaba cartas a estos y a algunos exiliados que residían en Gibraltar, aconsejándoles entre diversos asuntos, cómo elaborar planes de fuga y otros datos relevantes (se dice que entre los destinatarios de estas cartas, se hallaba el mismísimo Torrijos, exiliado en Gibraltar).
Debido a esto la policía granadina la vigilaba muy de cerca.

Centrándonos en uno de los sujetos encarcelados, estaba su primo Fernando Álvarez de Sotomayor.
Mariana elaboró un astuto plan para su fuga, proporcionándole un rosario, un cordón y una barba postiza.
Todo esto le sería necesario para su huida, la cual resultó exitosa gracias a Mariana y a su gran inteligencia.
Sin embargo, la policía al ser informada de la huida de este, sospechó de inmediato de su ayuda, por ello, decretaron una "prisión provisional" para ella que consistía que no podía salir de la ciudad de Granada.
Pero tiempo más tarde, detuvieron de nuevo a su primo y le hicieron confesar todo sobre su fuga, y , aunque este no la delató, sí que les dio información sobre las actividades del grupo liberal de Gibraltar.
Más tarde, la policía irrumpiría en la casa de Mariana Pineda unas bordadoras estarían preparando una bandera liberal con el lema "Libertad, igualdad y ley" para Pineda. La bandera presentaría el lema en letras rojas alrededor de un triángulo verde, todo sobre fondo morado. Las autoridades absolutistas hicieron que las bordadoras llevaran la bandera a casa de Pineda el 19 de marzo de 1831 y poco después registraron la casa donde, "encontraron" la bandera a medio bordar
 La joven, en su prisión provisional, o en su arresto domiciliario, trató de escapar, pero un guardia la pilló, a pesar de sus fallidos intentos de seducirle, Mariana fue trasladada a la cárcel de mujeres: al Convento de Santa María Egipciaca. 
El principal responsable de toda esta persecución y toda esta investigación, fue Ramón Pedrosa y Andrade, por llamarlo de alguna forma, el jefe de la policía granadina.
El sujeto, no sólo fue tras ella políticamente, sino que además, en un tiempo atrás, fue tras ella románticamente, pero fue rechazado y tal vez eso provocase que aumentase aún más su odio y rencor hacia ella.
Además de eso, él sólo quería obtener información de Torrijos, por ello, estuvo presionándola durante unos meses, pero ella no diría ni una palabra.
En su juicio, negando absolutamente toda afirmación, se le acusó de únicamente, del intento de fuga de un guardia (además de seducirlo) y de la posesión de un objeto con fin reolucionario.
Así que nada impidió que fuera ejecutada el 26 de mayo de 1831, a los 26 años de edad.


WEBGRAFÍA:
https://es.wikipedia.org/wiki/Mariana_Pineda
https://www.infolibre.es/noticias/verano_libre/2017/08/09/mariana_pineda_68432_1621.html
https://elretohistorico.com/mariana-pineda-granada/

IMÁGENES:


Mariana Pineda Granada
Mariana Pineda retratada poco después de su muerte.




Bandera encontrada

sábado, 23 de febrero de 2019

José María de Torrijos

Torrijos, más conocido como “General Torrijos”, fue un militar liberal español, que tras la restauración del absolutismo por Fernando VII en 1814, pretendió restablecer la Constitución de 1812.
Durante el reinado de Fernando VII, surgen en España ciertos altercados entre liberales y absolutistas. Torrijos, perteneciente al bando liberal, se unió a los conspiradores que luchaban por la reinstauración de la Constitución de Cádiz, lo que provocó que fuese detenido y encarcelado en 1817. Estuvo en prisión hasta que la revolución liberal de 1820 le liberó.
Salió de la cárcel en febrero de 1820, creando la sociedad secreta “La Comunería”, para defender la Constitución y en febrero de 1823 fue nombrado ministro de la Guerra, pero no llegó a ocupar el cargo al disolver el rey el gobierno del que Torrijos formaba parte.
Cuando en mayo de 1823 tiene lugar la invasión francesa de los “Cien mil hijos de San Luis”, en apoyo del absolutismo, Torrijos fue de los militares que resistieron, siendo derrotado e iniciando un exilio que iba a cambiar su vida.
Se exilió en Francia, refugiándose primero en Francia y finalmente en Inglaterra, en 1824, donde vivió durante varios años retirado de la política, pero en 1827 comienza a conspirar de nuevo contra el régimen absolutista de Fernando VII, poniéndose al frente de los liberales españoles exiliados en dicho país.

En 1827 los liberales crean una “Junta directiva del alzamiento en España “ presidida por Torrijos, convertido en máximo dirigente, y cada vez más radicalizado, se trasladó a Gibraltar y desde allí impulsó varios intentos de levantamiento fracasados, cuya víctima más famosa fue Mariana Pineda, ejecutada en Granada.
Torrijos mantenía correspondencia secreta con algunos liberales de Málaga, la mayoría de ellos desaconsejaban al general que pisara la costa española porque representaba un gran peligro para su propia vida.
Todos estaban desesperanzados, cuando de repente, apareció “Viriato” (el pseudónimo de Vicente González Moreno, gobernador de Málaga, haciéndose pasar por un liberal ) que le prometió a Torrijos que podría desembarcar tranquilamente en Vélez-Málaga.
 Torrijos puso toda su confianza en él, aunque luego resultó ser una trampa.

 Llegando a la costa les sorprende un barco que abre fuego contra los liberales. Torrijos descubriendo su identidad, manda entonces doblar hacia la costa, pero en ese momento, los dos barcos que les han escoltado desde Gibraltar, les atacan.
Los planes de Torrijo desde un principio habían sido basados y diseñados en una farsa desde un principio sin que el general lo supiese, por ello había obtenido una derrota desde el primer momento. Se dió cuenta de todo aquel montaje una vez ya ecaminados a su fusilamiento el día 11 de diciembre de 1831 en el barrio malagueño "El Bulto".

A día de hoy, se le hace homenaje junto a sus tropas en la plaza de la Merced, mediante un Obelisco.

WEBGRAFÍA:


IMÁGENES:





               Fusilamiento de Torrijos y sus tropas






domingo, 13 de enero de 2019

La Siderurgia Malagueña del siglo XIX

Málaga encabeza, en primer lugar, la que se ha llamado “revolución siderúrgica hispana”. En conjunto con instalaciones en Marbella para la producción de hierro colado, en la capital crecen desde la década de 1830 una gran fábrica: La Constancia, de Manuel Agustín Herdia y otra, El Ángel, de Juan Giró, dedicadas a la obtención de productos metalúrgicos derivados. Su importancia es tal que en 1844 se estima que el 72% de toda la fundición española se elaboraba en Málaga. Este protagonismo  menguaría considerablemente, con fuertes oscilaciones, desde 1860.
Las primeras iniciativas industrializadoras del siglo XVIII se vieron frenadas por la inestabilidad de la guerra de la Independencia, por el estancamiento que representó el reinado de Fernando VII y por el negativo impacto de la pérdida de las colonias americanas sobre el comercio. Superadas estas dificultades a partir de los años treinta, se asistió a una primera industrialización, que comenzó por el desarrollo de la siderurgia, coincidiendo con la inestabilidad política en el Norte a causa de las guerras carlistas.
La siderurgia andaluza fue la más importante de España entre 1833 y 1866.
Centrándonos en la zona de Málaga (Marbella), en 1826, Manuel Agustín Heredia, exportador de vinos y aceites, junto a otros comerciantes, creó La Concepción, una fábrica de hierro con tres altos hornos, que fueron los primeros de España.
 Alrededor de 1840, Heredia era el primer industrial siderúrgico español.
 Juan Giró creó en Marbella en 1841 la ferrería "El Ángel", con tres altos hornos para hierro colado.
A partir de 1862, con el cierre de la fundición de eta fábrica, llegó la decadencia: el empleo de carbón vegetal como combustible había destrozado los bosques mediterráneos de la costa y el carbón asturiano que comenzó a reemplazarlo no podía igualar su calidad, por lo cual no era competitivo. Además, al mismo tiempo la siderurgia del norte, con un carbón barato, experimentó un gran crecimiento. El hierro andaluz, con un alto coste de combustible, dejó de ser rentable y las fundiciones se vieron obligadas al cierre.

En 1833 el mismo Heredia levantó en Málaga, en las playas del Carmen, la ferrería «La Constancia», por el sistema de afinación a la inglesa, trayendo para ello maquinaria y operarios inglesesLas razones que le condujeron ello fueron: por un lado, la necesidad de conseguir fletes menos caros y de eliminar arrastres; de otro, el deseo de controlar mejor el negocio y la mayor disponibilidad en Málaga de mano de obra. 
Quedó la fabricación dividida en dos partes: en Marbella, la fundición del mineral en hornos altos para obtener hierro colado; en Málaga, el moldeo del hierro fundido, la afinación, forjado, recalentado y pasado por los cilindros, obteniendo hierro dulce, útil para todos los usos.
En la década de los treinta, el fracaso en la formación de una sociedad para constituir un complejo con el hierro vizcaíno y el carbón asturiano y el inicio de la guerra carlista, que paralizó la actividad de las forjas tradicionales de las zonas de los pirineos y cantábrica, hicieron posible la expansión de las fábricas malagueñas, y hacia 1840, Heredia era, no sólo el más importante ferretero español sino también el más destacado empresario de la península
La siderurgia malagueña mantuvo su impulso hasta mediados de los años sesenta, pero los problemas que acabarían con ella venían de atrás. Su gran obstáculo fue la energía. La dificultas de abastecerse de combustible barato impidió continuar la competencia con los altos hornos del cantábrico. El carbón, llegaba demasiado caro al puerto de Málaga, ya fuera asturiano o inglés. La gran esperanza para los ferreteros malagueños fue el carbón cordobés del valle del Guadiaro. Como última opción, esperaron a la terminación de la línea ferroviaria que uniría la fábricas malagueñas con las minas de Bélmez. Desgraciadamente, la tardanza llevó al cierre a las empresas malagueñas. Además, el transporte del carbón resultó más caro de los previsto, con lo cual los precios de fabricación seguían siendo muy altos.

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                       Manuel Agustín Heredia Martínez

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                  La Concepción, Marbella siglo XIX
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                  La Constancia, siglo XIX



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